En el DSBM subyace la etiología de los síntomas más cardinales de los trastornos depresivos, aunque éste no abogue por todos los signos de la enfermedad, aislándose de ella y permaneciendo en otro estadio de la melancolía.
La depresión del ánimo, la lasitud, los estados de insomnio o la tentativa de permanecer despierto en la noche, la expectación de la muerte, sentimiento de infelicidad, idea de suicidio, son conceptos que permanecen presentes en las bases del DSBM.
Sin embargo, otros signos de la depresión común como el sentimiento de inferioridad, la culpa o el autodesprecio, quedan abandonados, en pos de un estado en el que ya no es necesario sentir autodesprecio porque no es posible la comparación con el otro. Las razones para ser culpable se tornan inexistentes bajo el abrazo del nihilismo. El “lugar social” queda deshabitado: no hay sentimiento de inferioridad al desintegrarse los vínculos con el entorno sociocultural en pos de una fusión litúrgica e íntima con la naturaleza. Un hermanamiento ritual con la parte animal del ser humano, precedido por los desastres y desórdenes sociales. El DSBM es una vivencia que se ha de llevar a cabo en la más absoluta introversión. Una vivencia que se ha de sufrir fenomenológicamente. Respondiendo a la tristeza elucubrada por el Hombre sólo con más tristeza y sin necesidad de cambio. Hasta una única consecuencia final, resultado del momento más puro, más erótico, más místico de ese hermanamiento; una consecuencia desleída en los cortes de la propia piel.
M Teodorovna
2011
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